Polémica por el uso del aire acondicionado en plena pandemia
Se asoma la más atípica de las temporadas veraniegas y es el turno del debate sobre el uso del aire acondicionado: ¿cómo influye en el riesgo de transmisión de COVID? ¿Es preferible minimizar la circulación de aire o renovarlo constantemente? ¿Tratar los equipos con un protector de superficies permite eliminar bacterias y virus por contacto con el filtro o el radiador?
El calor se anunció de golpe y obliga de nuevo a encender los equipos de aire acondicionado, pero el contexto de la pandemia lo cambia todo, o al menos genera dudas sobre mucho de lo que considerábamos normal.
¿Favorecen o dificultan la propagación del coronavirus los sistemas y equipos de aire acondicionado? En el mundo no parece haber un criterio único en el que todos los científicos se pongan de acuerdo; pero además hay diferencias según el tipo de sistema utilizado, ya que no es lo mismo un gran sistema de aire acondicionado industrial, con sus cámaras y toberas, que un Split de uso doméstico –sistema que también se usa en restaurantes, oficinas y otros ambientes públicos– o el aire acondicionado de un vehículo, sea el auto o un transporte público (trenes, subtes, colectivos).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene el tema en la mira sin una decisión clara. En la provincia de Buenos Aires el gobernador Axel Kicillof adelantó que se prohibirá su uso en los transportes públicos para evitar la circulación del virus en espacios cerrados, y otras provincias y municipios del país estudian adoptar la misma decisión.
Este criterio –minimizar la circulación del virus en interiores– surgió al inicio de la pandemia después de que una familia de Wuhan, la región de China donde todo se originó, cenara en un restaurante de Guangzhong (otra región del mismo país) y una decena de los comensales que habían estado ahí dieron positivo una semana después. Mientras los expertos que estudiaron el caso determinaron que el aire acondicionado del lugar pudo haber contribuido a propagar la infección, análisis posteriores –como el realizado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de España (IDAEA) en España– sugieren que el problema pudo haber estado en la insuficiente renovación del aire del local: mientras que para una aireación correcta el equipo debiera arrojar entre 8 y 10 litros de aire del exterior por segundo y por persona, el aire del restaurante apenas renovaba menos de un litro.
Ante esta controversia, que tras la temporada de verano con COVID en los países del hemisferio norte no se ha podido resolver del todo –¿minimizar la circulación del aire en el interior o renovarlo constantemente?–, los expertos en refrigeración y aire acondicionado ensayan otras soluciones, a fin de que los aires acondicionados incorporen mecanismos para minimizar los riesgos que implica el coronavirus. Hygo Razza, gerente técnico de BAC-Climabus, señala que para esta temporada los micros (especialmente los de media y larga distancia) incorporarán sistemas asociados para incorporar automáticamente aire desde el exterior (dampers). Esto, en los vehículos que portan grandes sistemas de aire acondicionado interno, puede requerir una compleja operación que incluye intervenir la carrocería.
Pero para los splits domésticos, de locales u oficinas, así como para el acondicionador del auto, existe una novedosa posibilidad, que es el tratamiento de superficies con recubrimientos antimicrobianos que mostraron –según estudios hechos en Europa y, en Argentina, en los laboratorios del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del instituto privado de infectología Stamboulian– una muy alta eficacia en la eliminación por contacto de bacterias y virus, incluso coronavirus.
“Estos recubrimientos son de muy fácil aplicación, porque se pulverizan sobre la superficie del radiador y de los filtros del Split, en la parte interior del equipo, y brindar una protección que se mantiene por un año”, explica Gustavo Vergniaud, gerente de la compañía de sanidad y mantenimiento de ambientes Paulista. Este recubrimiento genera una película cuya carga iónica atrae y destruye a los virus, hongos y bacterias por acción física (no química), lo que constituye una absoluta novedad en bioseguridad de ambientes. Elaborado con la más avanzada nanotecnología antimicrobiana alemana, ahora se produce y elabora localmente en Argentina, desde donde se planea exportar al Mercosur.
“Todo el aire que los equipos toman del ambiente para renovar pasan por los filtros, por lo que es importante, una vez aplicado el recubrimiento, mantenerlos limpios para que el escudo de nanopartículas de dióxido de silicio tenga contacto con el aire y elimine las bacterias y virus presentes”, aclara el licenciado en química, responsable y director técnico de TiendaNano.AR, la PYME Argentina que elabora y distribuye esta tecnología a Latinoamérica.
En este sentido, acotó, un mantenimiento óptimo del equipo requiere una limpieza de los filtros aproximadamente cada quince días, aunque la acción del recubrimiento antimicrobiano dura más de un año: “La limpieza se realiza con agua y detergente neutro, a fin de que todo el aire que pasa por los filtros tome contacto con la superficie tratada para disminuir la carga microbiana del ambiente”.
El producto, denominado Líquido Guardián, es aplicable a los filtros de los sistemas de aire acondicionado de micros, vagones de tren o subte y otros transportes públicos. En el caso de los micros, señaló el experto, la circulación aérea es mucho mayor que en los equipos más pequeños, por lo que toma aire permanente desde el exterior. “Para que el tratamiento sea eficaz, asegurando el paso del aire por la capa protectora, aquí es preciso que los filtros, una vez aplicado el producto, se limpien semanalmente”, recomendó.
El recubrimiento antimicrobiano tiene la particularidad de brindar la misma protección en todo tipo de superficies rígidas o flexibles (la versión Repel Textil está diseñada, incluso, para su aplicación en telas), por lo que su uso ofrece nuevos estándares de protección al tratar las superficies de más alto contacto en el transporte público, tales como manijas, palancas, pasamanos o vidrios. La película formada, está activa por más de un año y es resistente a la abrasión climática, es imperceptible al tacto y no altera la textura ni el color del material tratado.
El mismo tratamiento puede ser aplicado también a los filtros de aire acondicionado de los autos, aunque estos suelen ser de más difícil acceso que los de un split. “Para reducir la carga microbiana en el interior del auto, Líquido Guardián es ideal para aplicar sobre las superficies de mayor contacto: volante, tableros, manijas, palancas, los tapizados de los sillones, las alfombras”, señaló el responsable técnico de la empresa. El producto, que se encuentra disponible en el mercado local desde julio, ya ha sido adoptado por industrias, líneas de transporte público, canales de televisión y decenas de locales comerciales, marcando un antes y un después en materia de sanitización de superficies brindando un complemento ideal para la limpieza que permite reducir la carga de microorganismos en superficies entre ciclos de limpieza. “Este método viene a reforzar y eficientizar los protocolos de bioseguridad, aumentando los standares de cuidado y reduciendo las posibilidades contagio”, acotó el apoderado de la empresa y emprendedor que lidera el proyecto en Argentina, Andres Morano.