Aníbal Fernández puso en marcha el Comando Unificado de las fuerzas que se encargará de la seguridad en el traspaso de mando

Mientras siguen las indefiniciones sobre quién estará a cargo del área de seguridad en el gobierno de Javier Milei, el ministro Aníbal Fernández puso en marcha el Comando Unificado de las fuerzas que estarán a cargo de dar la custodia y protección a todos los actos vinculados al traspaso de mando presidencial, como así también a custodiar a dignatarios e invitados especiales a las ceremonias.

La decisión quedó plasmada en la resolución del Ministerio de Seguridad 890 que firmó Fernández, por la cual creó el comando para atender específicamente todas las actividades oficiales organizadas para la asunción del nuevo mandatario argentino.

Según pudo saber Infobae, desde hoy se activó un operativo en el que participarán Policía Federal, Gendarmería, Prefectura Naval y Policía de Seguridad Aeroportuaria, todos bajo la coordinación del titular de la PFA, Juan Carlos Hernández. En principio se dedicarán a los preparativos para la custodia de todas las actividades organizadas para el traspaso de Alberto Fernández a Javier Milei.

Aníbal Fernández puso en marcha el Comando Unificado para brindar seguridad a las actividades del traspaso de mando

Se trata de una decisión que se tomó sin la intervención del futuro gobierno de Milei. El ministro de Seguridad Aníbal Fernández recibió en dos oportunidades a Guillermo Francos, el futuro líder del ministerio del Interior y que tiene un amplio abanico de responsabilidades políticas, entre ella la seguridad.

La primera aproximación fue la semana pasada. Se reunieron en la sede del organismo, en la calle Gelly y Obes, Fernández, los comisarios generales de la Policía Federal Juan Carlos Hernández, Osvaldo Mato y Alejandro Rollé -quien suena como posible futuro jefe de la fuerza- y Francos, quien llegó acompañado de Nicolás Posse, el próximo Jefe de Gabinete de Milei y su hombre de más confianza.

En la última reunión, que se hizo el martes pasado, Francos fue solo y se vio con Fernández, los jefes actuales de las fuerzas y los posibles sucesores, entre los que estuvieron, además de Rollé, Guillermo Giménez-Pérez (Prefectura); José Bogado (Gendarmería), y un ex subcomisario de la Policía porteña, Alfredo Gallardo (que asumiría en Policía de Seguridad Aeroportuaria).

De acuerdo con la información que trascendió de fuentes que estuvieron en la reunión, Aníbal Fernández hizo un repaso de las actividades del Ministerio de Seguridad y de las tareas que venían realizando todas las fuerzas. “No se habló de Patricia Bullrich ni de otros nombres para la sucesión en el Ministerio, sólo de gestión”, indicaron.

El actual ministro detalló la tarea realizada de profesionalización de cada fuerza,, como de la intensa actividad de coordinación y colaboración con agencias y organismos vinculados a la seguridad del mundo, principalmente Europa y Estados Unidos. Además de Interpol, puso el acento a las tareas en materia de cooperación con la CIA, la DEA, el FBI, la policía de Nueva York, como con los organismos que control los puertos principales europeos, como Amsterdam, Amberes, Baleares, Tenerife, entre otros.

Aníbal Fernández -que el 10 de diciembre regresará a su estudio jurídico y seguirá activo políticamente- conoce a Guillermo Francos hace más de 20 años y ambos tienen una buena relación. Más allá de que la decisión de convocar al Comando Unificado y poner en marcha las tareas para brindar la custodia fue tomada de manera personal por el actual funcionario, se da en medio de una transición ordenada y sin conflictos. Todo a pesar de que a 10 días del cambio de gobierno, aún no está el nombre de quién se hará cargo del área.

“Ese día hay muchas actividades y el centro es el nuevo presidente, Javier Milei. También hay invitados importantes, desde presidentes, ex presidentes, a dirigentes nacionales y de otros países. Para organizar un evento de este tipo tienen que coordinarse todas las tareas con una cabeza, que en este caso es el comisario Hernández”, explicaron a Infobae.

Es una medida que Aníbal Fernández también aplicó en otros contextos donde se requiere la participación de varias fuerzas en simultáneos. El caso de Villa Mascardi, en un allanamiento y desalojo de un terreno que era propiedad privada, fue un ejemplo. Allí, donde el conflicto mapuche cada tanto reaparece con violencia, ocurrió el caso mortal de Rafael Nahuel, que murió en medio de un operativo.

Para evitar la descoordinación, entonces, el Comando Unificado ordena y dispone recursos materiales y humanos para custodiar la vida y los bienes de los involucrados. Para el traspaso confirmaron que habrá efectivos de todas las fuerzas, con helicópteros, patrulleros, carros hidrantes y otros móviles pesados que estarán asignados a la actividad.

La resolución en cuestión estableció que “el 10 de diciembre, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se llevará a cabo la Ceremonia de Traspaso de Mando Presidencial de la República. Las reuniones preparatorias para la organización de la ceremonia en cuestión, entre los representantes designados por el saliente presidente y el presidente electo, tendrán inicio en la sede del Teatro Colón sito en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y se darán de forma constante y fluida hasta la celebración de la Ceremonia de Traspaso de Mando Presidencial de la República” hasta que se concrete la jura y asunción.

“Que las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales de la Nación, resultan ser un actor fundamental para garantizar la seguridad del mencionado evento”, indicó la resolución y por eso el ministro ordenó crear “el Comando Unificado de Seguridad para el traspaso de mando presidencial, que estará conformado por la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación, la Policía Federal Argentina, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y por los representantes que eventualmente designen a esos efectos los cuerpos policiales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, continuó el documento.

La convocatoria tuvo en cuenta que “se trata de un evento que tendrá gran afluencia, contando –posiblemente- con la presencia de los primeros mandatarios de naciones hermanas, y que reviste la más alta envergadura institucional, por lo cual resulta oportuno exhortar a los cuerpos policiales locales a fin de aunar esfuerzos en pos de garantizar las condiciones de seguridad que el caso requiere”.

Más allá de que todavía no esté decidido el nombre del sucesor de Aníbal Fernández, ya quedó definido un operativo clave que navegará entre la administración que se va y la que llega.