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Milei delega parte de la campaña en sus dirigentes, pero reserva a sus eventuales ministros para evitar errores

Cada vez más seguido, los candidatos en CABA y PBA, más Victoria Villarruel, alzan la voz con propuestas. Quieren cuidar a los técnicos, que prácticamente no hablan

Mientras crecen las especulaciones sobre cómo afectará el caso Insaurralde a la distribución de votos entre los tres principales espacios políticos en las elecciones generales, en La Libertad Avanza se preparan para repartir la representación del espacio ante el gran público más allá de la figura de Javier Milei. Su profuso discurso, disruptivo, y sus modos excéntricos, los ayudaron a ganar las elecciones. Pero durante el último mes descubrieron que una centralidad extrema y excluyente del líder es tan inconveniente como impracticable. La semana pasada, por caso, su corrimiento de la escena pública dio lugar a una serie de especulaciones sobre su salud mental, que en el frente debieron salir a desmentir sin que alcanzara para dar por tierra los rumores.

Además, por lo bajo, fueron muchas las ocasiones en las que los estrategas del espacio lamentaron el fuego que cayó sobre su principal referente cuando deslizó sus ideas más polémicas en sus innumerables y extensas charlas a micrófono abierto con periodistas o frente a distintos auditorios. El diagnóstico, cada vez, fue que no las explicó con la profundidad necesaria. Y de cara a los comicios del 22 de octubre, para el que quedan poco más de dos semanas, intentarán “afianzar y distribuir el discurso, para explicar mejor a la sociedad lo que queremos hacer”, dijeron.

Esta idea viene madurándose y aplicándose con marchas y contramarchas. Milei, en general, es “inmanejable”, según describen en su entorno. A veces escucha consejos sobre la conveniencia de hablar con periodistas. Otras, no. Pero más allá de las decisiones del líder en el día a día, a grandes rasgos hay un incipiente acuerdo para empezar a delegar en otros referentes el mensaje libertario.

Victoria Villarruel en el encuentro del Rotary ClubVictoria Villarruel en el encuentro del Rotary Club

La primera en exhibir en público estas intenciones fue la propia Villarruel, ayer, en su disertación durante un almuerzo del Rotary Club. “Para adelante que nos toca consolidar nuestra estructura política y trabajar intensamente para encontrar y desarrollar a los mejores referentes de nuestro espacio, de manera que también el liderazgo sea más compartido y no recaiga sólo sobre los hombros de Javier”, dijo.

La estrategia, que consistirá en distribuir cada vez más la explicación de las intenciones para un futuro gobierno, se implementó en las últimas semanas, aunque tímidamente, a medida que aumentaba la demanda de información sobre sus ideas. “La idea no es igualar el espacio que ocupa Milei, sino todo lo contrario, respaldarlo y ser los principales defensores contra los ataques que recibe”, dijo un armador de su círculo más estrecho.

En el espacio decidieron darle voz a otros referentes, aunque por ahora en número muy restringido. Son, principalmente, Ramiro Marra, uno de los co-fundadores del espacio y candidato a jefe de gobierno porteño, que visita un medio de comunicación por día, casi sin falta; Villarruel, que se distribuirá con Milei las visitas a círculos empresariales, sociales y a provincias y localidades bonaerenses que el líder no llega a visitar por falta de tiempo; y la aspirante a la gobernación bonaerense, Carolina Píparo, que pondrá principal foco en las entrevistas y las visitas a municipios de PBA. También los candidatos a diputados Marcela Pagano y Agustín Romo salen en los medios o hablan en sus redes con frecuencia.

Ramiro Marra (Franco Fafasuli)Ramiro Marra (Franco Fafasuli)

Por ahora, sin embargo, siguen decididos a reservar celosamente a los referentes técnicos de las distintas áreas. Una de las más importantes, Sandra Petovello, apenas apareció explicando qué hará con el ministerio de Capital Humano, que lideraría nada más ni nada menos que las estructuras de Educación, Trabajo, Salud y Desarrollo Social. La misma lógica se aplica en el caso de Nicolás Posse, el amigo empresario de Milei que coordina a los equipos y suena como jefe de Gabinete; y de los asesores económicos, como Emilio Campo y Carlos Rodríguez, que dejaron de manifestarse después de algunos cruces de ideas, en especial sobre la dolarización; o del futuro secretario de trabajo, Gustavo Morón.

Al preservar a los posibles ministros y secretarios, quieren disminuir al mínimo que se produzcan gaffes en la campaña, como ya ocurrió, por ejemplo, con los dichos sobre los habitantes de Malvinas de la empresaria Diana Mondino, eventual Canciller de un gobierno de Milei, que provocaron cortocircuitos al interior del espacio y suscitaron fuertes críticas de sus rivales. O las oscuras declaraciones sobre el Holocausto del referente libertario en temas de educación, Martín Krause, que sería nombrado al frente de esa área bajo el ministerio de Capital Humano. “Hay que cuidar más a los que van a ser ministros y dejarle la campaña a los candidatos. Los ministros tienen que armar el gobierno”, justifican este silencio estratégico en las oficinas libertarias.

El plan, sin embargo, tiene sus detractores en LLA. Hay quienes piensan que Milei es irremplazable y que corren riesgos al hacer hablar a otros en su nombre en esta etapa. Mientras que los defensores creen que esos “voceros” pueden servir como dique de contención ante la alta expectativa y atención que rodea al espacio, aunque sus mensajes puedan tener fallas.

De todas maneras, esta semana están enfocados en el segundo tramo del debate presidencial, que tendrá lugar el próximo domingo en la sede de la Facultad de Derecho de la UBA, y donde el eje más candente será el de Inseguridad, segundo detrás de Economía en la lista de prioridades del votante. Milei está siendo asesorado por Villarruel, que terminará de ayudarlo a armar su discurso mañana, cuando ambos estén en CABA tras el regreso del candidato de Mar del Plata, a donde viajó a reunirse con empresarios en paralelo al foro de IDEA.