El Senado aprobó la reforma del Consejo de la Magistratura y el proyecto oficial pasa a Diputados
Fue por 37 votos afirmativos, 33 negativos y ninguna abstención. El Frente de Todos quiere dejar a la Corte Suprema afuera del órgano que selecciona y sanciona a los jueces.
El oficialismo busca este jueves aprobar en el Senado el proyecto que modifica el funcionamiento y la integración del Consejo de la Magistratura. Aunque la Cámara Alta le daría media sanción a la iniciativa, el futuro es incierto sobre lo que pasará luego en Diputados.
El Frente de Todos tendría los votos suficientes para aprobar en las próximas horas la reforma que deja fuera a la Corte Suprema del organismo encargado de seleccionar y sancionar a los jueces. El oficialismo logró conseguir el quorum de 37 senadores con la presencia en sus bancas de sus 35 senadores y el acompañamiento de dos aliados.
Acompañaron a la bancada oficialista la misionera Magdalena Solari Quintana y el rionegrino Alberto Weretilneck, que la semana pasada logró introducir modificaciones al proyecto del Gobierno para reformar el Consejo.
Los legisladores fueron citados para las 14:00 al recinto. Luego de aprobar la validez de un decreto parlamentario que designa como “Sala Malvinas Argentinas” al Salón de Recepción del Edificio Anexo de la Cámara Alta, iniciarán el debate.
Si, como se prevé, el Frente de Todos finalmente aprueba su proyecto, entonces la iniciativa deberá pasar a la Cámara de Diputados. Sin embargo, según indicaron fuentes parlamentarias a TN, el oficialismo no tiene por ahora garantizado el respaldo para aprobarla en el recinto de la Cámara Baja. Es más, ni siquiera están conformadas las comisiones que deberían darle previamente dictamen al proyecto.
Pero existe otro problema. El Congreso está obligado a sancionar una nueva norma que modifique la composición del Consejo de la Magistratura por un fallo de la Corte Suprema, que declaró inconstitucional la ley del 2006 -impulsada por Cristina Kirchner entonces como senadora- que redujo el número de miembros del organismo de 20 a 13, alteró el equilibrio de sus integrantes, y le dio mayor peso a los representantes de la política.
El máximo tribunal otorgó 20 días para realizar cambios en la composición del Consejo y el plazo vencería el próximo 15 de abril. De no cumplirse con la fecha, el organismo quedaría inhabilitado para firmar resoluciones y se vería obligado a retomar la integración que tenía hasta el 2006, incluyendo a un integrante de la Corte Suprema.
En el debate, cuando le tocó el turno de hablar, el senador Oscar Parrilli cargó contra la Corte Suprema: “Este fallo de la Corte ha legislado, ha hecho cosas que no tenía que hacer, es como si nosotros mañana sacamos una sentencia”.
Agregó: “Están diciendo por los diarios que va a asumir, independientemente de lo que pase, casi como un golpe de estado al Consejo de la Magistratura”.
Se sumó a las críticas el senador del Frente de Todos, Martín Doñate. “¿Qué pasó con la reforma que pretendía la democratización del poder judicial? Inconstitucional. ¿La ley de medios? Inconstitucional. Las causas de delitos de lesa humanidad duermen el sueño de los justos. Esta misma Corte apadrinó la mayor cacería judicial de la democracia nos vienen a presionar a los demás poderes del Estado. No lo podemos permitir”, apuntó.
Aprovechó, además, para enviar un mensaje a las internas del FdT: “No se puede gobernar con miedo. No se puede transformar sociedad si tenemos miedo de tomar decisiones. Pasaron a la historia solamente quienes atravesaron con valentía, coraje y convicción esos miedos que tanto atribulan. Si seguimos obturados por el miedo, terminaremos como aquellas gallinas que terminan, en nombre del diálogo, discutiendo con cuatro zorros qué vamos a almorzar mañana. Y ya sabemos como termina esa película”.
Por su parte Alberto Weretilneck, el senador de Juntos Somos Río Negro que acordó con el oficialismo, criticó fuertemente a la oposición: “Hay muchos que pensaban una cosa y ahora otra. Puedo decir lo mismo de Cambiemos. ¿Cuál es el Cambiemos que habla en serio? ¿El de hoy o el que hablaba en 2017? El gobierno de Cambiemos pregonaba la independencia judicial. Entonces, ¿cuál es la verdad? ¿La Corte en aquel momento era una Corte mala y la Corte actual es buena por eso hay que tenerla en la Magistratura?”.
“¿De qué les sirvió al oficialismo apostar al disciplinamiento y no a la idoneidad?. La idoneidad es un verdadero salvataje para todos”, dijo Luis Naidenoff y anticipando su voto negativo, agregó: “Vamos a terminar con un nuevo fracaso del Senado”.
Alfredo Cornejo, senador de Juntos por el Cambio, planteó que “hay jueces que el poder político debería echar”. Fundamentó que “no por sus fallos específicos en una determinada causa, sino por su pésimo funcionamiento, vinculados con la falta de transparencia y la corrupción”.
Con Cristina Kirchner en el recinto, Anabel Fernández Sagasti disparó contra la oposición e enumeró los proyectos que había presentado años atrás Juntos por el Cambio que contradicen su posición actual.
Reforma del Consejo de la Magistratura: qué dice el proyecto que quiere aprobar el oficialismo
La semana pasada, como no contaba con los votos suficientes para ir al recinto, el Frente de Todos abrió el proyecto para introducir cambios acordados con el senador aliado Alberto Weretilneck, de Juntos Somos Río Negro.
Juntos por el Cambio presentó su propio proyecto, en el que propone que el Consejo de la Magistratura vuelva a tener 20 miembros y sea el presidente de la Corte Suprema quien conduzca el organismo.
Weretilneck aceptó dejar de lado a la Corte, que figuraba en el artículo 1 de su iniciativa, en coincidencia con el FdT, a cambio de que se introduzcan los cambios que le otorgan mayor “federalismo” a la integración del Consejo, con representantes de las distintas regiones del país. También establece que el organismo sesione al menos una vez por trimestre en las distintas Cámaras Federales del interior.
Pese a los cambios, el núcleo del proyecto oficialista quedó igual: se establece un Consejo con 17 miembros y no incluye representación de la Corte Suprema, que el Gobierno mira cada vez con mayor desconfianza.