Círculo rojo: el Gobierno, el Consejo de la Magistratura y el trasfondo detrás de la pelea por los cargos

La Casa Rosada va por el lugar que deja la diputada Roxana Reyes en el órgano que selecciona y remueve jueces. La disputa judicial por Sur Finanzas y un mega festejo de fin de año. Horas de desesperación y negociaciones por el endeudamiento bonaerense: la trama secreta. El rol de Ritondo y Santilli

El Gobierno dio vuelta la página en el Congreso. El contundente triunfo de octubre sepultó la sucesión de derrotas de los meses previos que obligaron a Javier Milei a utilizar, de manera sistemática y polémica, el veto presidencial, y dieron paso a una posible época de bonanza parlamentaria. La nueva composición legislativa está a punto de inaugurarse, además, con una novedad inesperada meses atrás por la Casa Rosada que el propio Presidente festejó el miércoles, desde el palco principal de la Cámara baja: la conformación de la primera minoría, por encima del peronismo, que en su reunión de bloque de la semana pasada, previo a la sesión preparatoria, empezó a exhibir algunas muy tímidas señales de rebelión interna de parte de legisladores como Victoria Tolosa Paz -antes del 26 de octubre, cenó con su pareja, Enrique Albistur, en San José 1111 junto a Cristina Kirchner, preocupada por una eventual diáspora parlamentaria-, que no están encantados con la conducción formal de la bancada.
Esa nueva conformación legislativa en Diputados aproxima a Milei a la aprobación del presupuesto antes de fin de año -el primero de su gestión-, a una discusión seria por el paquete de reformas incluidas en el temario de sesiones extraordinarias y al control de la mayor cantidad de comisiones posibles. Pero hay otra novedad que puede precipitarse en los próximos días y que marcaría el primer avance real de Karina Milei y los Menem en el rubro judicial: la composición de un órgano tan sensible como el Consejo de la Magistratura.
A partir del próximo miércoles, una de las sillas del consejo, correspondientes a los diputados, estará vacante cuando la radical Roxana Reyes y su suplente, Francisco Monti, terminen sus mandatos como legisladores. Esa banca debería ser ocupada, según la normativa vigente, por la primera minoría parlamentaria, aunque el radicalismo ya exigió formalmente, a través de una carta enviada por Rodrigo de Loredo a la presidencia de la Cámara baja, que el reemplazo le pertenece a la UCR, en particular a la diputada Karina Banfi, que aspira a quedarse con ese sillón del órgano que selecciona y remueve jueces. “Los radicales van a ser 6 diputados a partir del miércoles, nosotros 95, nos pertenece”, esgrimieron desde el bloque libertario. En esa bancada recuerdan antecedentes previos, aunque es probable que, de avanzar con la designación de un legislador del bloque oficialista, la medida podría judicializarse.
El futuro del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, es una incógnita. Hasta ahora había trascendido que la secretaria general de la Presidencia y su hermano le habían pedido que se quedara por un tiempo más, supuestamente para que Caputo no se quedara con el área. Es una versión que nadie corroboró de manera fehaciente. También había circulado un rumor similar pero en la SIDE, cuyo ex jefe, Sergio Neiffert, acaba de ser removido para promover en ese lugar a Cristian Auguadra, otro viejo conocido de la familia Caputo, muy cercano al consultor preferido de Milei. Ese reemplazo ratificó el control de ese sector sobre el organismo, y preservó la pax interna que ahora se olfatea en el gabinete después de que la interna estallara por el aire tras las elecciones. Era cuestión de tiempo para que Neiffert abandonara la gestión. “Es un mentiroso”, lo acusaron esta semana cerca de Caputo. Es la acusación menos grave.

Es la Justicia, estúpido. El posible avance de Karina Milei y los Menem sobre el Consejo de la Magistratura -en los últimos días se exploraban algunos perfiles de diputados abogados como potenciales aspirantes- vuelve a poner sobre la mesa la puja de intereses cruzados sobre la Justicia, quizá el rubro que menos rédito le dio hasta ahora al gobierno. La posibilidad de una nueva negociación para completar la Corte Suprema tras el naufragio de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla volvió a aparecer en la agenda pública en las últimas semanas, aunque el propio Milei se encargó de rechazar que, por ejemplo, se habían barajado los nombres del camarista Mariano Llorens y de la senadora Anabel Fernández Sagasti como potenciales candidatos. En este último caso, incluso, llegó a circular una eventual vinculación con colaboradores de Santiago Caputo, negada de raíz por ese sector.
También trascendió como hipotética prenda de negociación incluir en un paquete más amplio al jefe de los fiscales, que con el nuevo sistema acusatorio tendrá un poderío aún mayor. Algo de eso sobrevoló en la sobremesa del almuerzo que un grupo de fiscales federales de la capital, con sede en Comodoro Py, compartió en la semana en una concurrida parrilla sobre la avenida Figueroa Alcorta por la que suelen desfilar celebridades del círculo rojo político, empresarial y, especialmente, judicial.
Mientras tanto, el mundillo judicial se entretiene con la proliferación de investigaciones. Una de ellas es la causa por las coimas en discapacidad, ventiladas por el lenguaraz Diego Spagnuolo, asesorado ahora por Mauricio D’Alessandro, un profesional muy relacionado con buenos nexos con el universo libertario. La Cámara Federal acaba de pedir que se investigue el origen de los audios del ex titular de la agencia de discapacidad, y rechazó un planteo para cerrar el expediente. El otro expediente que se sigue con especial atención es el de Sur Finanzas, del audaz financista Ariel Vallejo, cuyas derivaciones tienen en vilo al mundo del fútbol.

El viernes, mientras en Washington se sorteaba la fase de grupos de la copa del mundo 2026, la investigación vinculada a Sur Finanzas tuvo un serio cortocircuito por la puja entre el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena y Cecilia Incardona, que se disputan competencias: la fiscal sostiene que parte varias de las personas físicas y jurídicas denunciadas por ARCA ya eran objeto de pesquisas en una causa previa por estafa y lavado que tramita el juez Luis Armella. Villena concedió la apelación de la fiscal, que apeló el rechazo a la conexidad de las causas -hay dos investigaciones en trámite-, pero la denunció y pidió al procurador que se la investigue por una supuesta maniobra de “forum shopping”.
Es una pelea que promete escalar y que arrastra viejas rencillas sin saldar. Hay, detrás de escena, otros actores involucrados, que están atentos a ese conflicto. Uno es Jorge Rodríguez, el juez federal de Morón que cosechó muchísimos amigos y trabó buenas relaciones, por ejemplo, con Incardona. El viernes por la noche, horas después de que Villena firmara la denuncia, y mientras el mundo miraba el sorteo de la FIFA en el centro Kennedy de Washington, el juez organizó una fiesta de fin de año para cientos de invitados en la quinta Vacarezza, en el predio del sindicato de trabajadores del CEAMSE en el Camino del Buen Ayre. En la larga lista de asistentes figuraron, según algunos curiosos, algunos integrantes de renombre de Las Fuerzas del Cielo.
Cargos acá y allá. Desde esa agrupación se lanzó hacia finales de semana una seria acusación contra los socios del PRO por la ampliación del directorio del Banco Provincia, que pasa de 8 a 15 gerentes, la llave que le permitió a Axel Kicillof conseguir la aprobación del endeudamiento por más de USD3.500 millones. Entre el martes y el jueves hubo escenas de todo tipo en torno a la Legislatura bonaerense. Llamados desesperados desde la gobernación, comunicaciones incesantes entre La Plata, el departamento de Cristina Kirchner y las oficinas de avenida del Libertador que ocupa Sergio Massa. El jefe del Frente Renovador fue un actor clave de toda la trama. También Máximo Kirchner. A propósito, las conversaciones fueron tan tensas que un ministro provincial y un legislador muy cercano al jefe de La Cámpora y del PJ bonaerense casi se van a las manos.

“A algunos los llamaron diciendo que, si no apoyábamos, en vez de ‘Operativo Sol’ habría ‘Operativo Sombra’ durante el verano”, deslizó, sorprendido, un intendente del Gran Buenos Aires. Más allá de la literalidad de la advertencia, colaboradores del gobernador fatigaron casi con desesperación los teléfonos de varios legisladores hasta que se selló la negociación con las cúpulas partidarias. “Me ofrecieron de todo”, confirmó un diputado de la oposición. Las tratativas estuvieron a cargo de Gabriel Katopodis, Carlos Bianco, “Carli”, y Agustina Vila por parte del gobernador. También Federico Thea, que preside el Tribunal de Cuentas, que es del riñón más puro de Kicillof, de extrema confianza y que suele estar a cargo de algunas gestiones especiales. El funcionario construyó, por ejemplo, un vínculo aceitado con Diego Santilli a través de amigos en común.
El ministro del Interior empezó a consolidarse en el esquema de toma de decisiones del gobierno, que sigue reservado para el presidente y su hermana, y para el consultor preferido de Milei, más allá de las cuestiones económicas en las que Luis Caputo, “Toto”, tiene un rol protagónico. Hace algunas semanas, el “roleo” de la deuda actual de la administración bonaerense se discutió en una reunión de la mesa política en la que participaron Karina Milei, los Caputo, Manuel Adorni, Patricia Bullrich y Santilli. Allí se definió que se le daría el visto bueno a Kicillof para refinanciar $500 millones de deuda. Días después, el ministro del Interior se cruzó en un evento de Caritas con Katopodis y le confirmó la noticia. Por el contrario, desde el Ejecutivo están decididos a no autorizar al gobernador, que lo reclamó públicamente, a tomar más deuda.
Los tres legisladores que responden al ministro del Interior aprobaron esta semana en la Legislatura provincial el “roleo” de unos USD2.000 millones de deuda, pero le dieron la espalda a la ampliación del directorio del Banco Provincia y a la emisión de nueva deuda. Esa decisión abrió un tímido foco de tensión interno con los legisladores que responden a Cristian Ritondo, que se quedaron con dos sillones en el renovado directorio del banco provincial.

Ritondo llevó personalmente las negociaciones. El jefe del bloque del PRO en Diputados está contrariado. En su entorno dicen que está fastidiado con el gobierno, y que su acompañamiento en todo este tiempo no fue bien premiado, a diferencia de Santilli: esperaba algún gesto distintivo por parte de la cúpula libertaria.
El diputado mantiene varias partidas simultáneas. Una relación fluida con Santiago Caputo y diálogo directo con Mauricio Macri, que conserva influencia en el bloque del PRO en la Cámara baja. Participa activamente, además, de la comisión directiva del club Independiente, que preside Néstor Grindetti, el ex jefe de Gabinete porteño que medita sus próximos pasos y que, por lo pronto, ya decidió que volverá a involucrarse, aunque no como candidato, en Lanús, para intentar recuperar el municipio en el 2027. Independiente tiene elecciones el año próximo y en el entorno del jefe de la AFA siguen al club con interés. Tapia no le tiene especial cariño a Ritondo, tampoco a Daniel Seoane, un directivo clave en esa institución. ¿Tiene ganas de postularse Enrique Sacco? Hay versiones que dan cuenta de que su pareja, María Eugenia Vidal, a punto de estrenarse como consultora de empresas, le pidió que no lo haga.
El reparto de cargos en el organigrama del codiciado Banco Provincia tiene su propio correlato a nivel nacional, pero no como prenda de negociación por las reformas que se avecinan en el Congreso si no como una radiografía del reparto de poder interno. Este sábado se publicó el nuevo organigrama de la administración central, y ahora resta saber qué nombres falta incorporar al gabinete. El diagrama oficial terminó de ser pulido por María Ibarzabal Murphy, la secretaria Legal y Técnica de confianza del presidente y de Santiago Caputo que, según fuentes oficiales, tiene sobre su despacho el decreto que eyecta a Néstor Otero, el zar de Retiro, de la concesión de ómnibus que tiene desde hace décadas. La semana pasada hubo un operativo en la estación de trenes de Once. Sería toda una novedad que una administración le dé la estocada final a un empresario que durante años se sintió intocable. De ese decreto depende un megaproyecto urbanístico e inmobiliario que fue presentado en Transporte y Economía y que le daría un vuelco de 180 grados al predio de Retiro.

En el caso de la Jefatura de Gabinete, Aime Vázquez, “Meme”, se consolida como la gerenta del área. De pasado cercano con colaboradores de la consultora de Caputo, trabajó en su momento para Santilli y en los últimos meses quedó a cargo del control de la gestión. Su empoderamiento se apuntaló en simultáneo a la caída de José Rolandi, “Cochi”, un funcionario respetuoso que renunció a la vicejefatura de Gabinete. La salida provocó algunos chispazos con Adorni y su equipo. Rolandi contaba con el sostén de los Menem, que no siempre logran influir como quisieran.
La interna entre los dos sectores en pugna parece, en ese esquema, haberse calmado de manera transitoria. “Karina sabe que, cuando las papas queman, lo necesita a Santiago”, explicaron fuentes de Casa Rosada cercanas a la secretaria General. Ponen de ejemplo la causa Andis o el caso $LIBRA, que tuvo gestiones especiales por parte del consultor. Formalmente, el consultor quedó relegado de las negociaciones en torno al Parlamento, concentradas entre Santilli, Bullrich y el presidente de la Cámara baja. Pero el asesor presidencial mantiene relaciones. Algunos dirigentes del sindicalismo lo consultan por el proyecto de modernización laboral. Es mucho más amigable que Federico Sturzenegger, un cruzado contra el sindicalismo que solo sostiene algunas conversaciones como con Luis Barrionuevo.
El papel de Adorni en esos encuentros es unívoco: es los ojos de Karina Milei, a la que le reporta todos sus movimientos. El éxito, o el fracaso, de su gestión como jefe de ministros puede catapultarlo, o sepultarlo, en la carrera al 2027 en la capital que ya tiene a Bullrich anotada.

La Libertad Avanza ya definió, después de la tregua alcanzada con Jorge Macri para la que influyó Angelici, que desde marzo va a volver a la carga por la capital. El bloque libertario en la Ciudad tendrá desde la próxima semana 13 legisladores, y podrían ser 14. Un número lo suficientemente alto, detrás del peronismo, que contará con 20 diputados, para negociar mano a mano con el jefe de Gobierno y para hacerse valer en la capital. ¿Adorni puede usufructuar la marca a futuro? Cerca suyo dicen que no le gusta hacer campaña y que tuvo algunos episodios en la calle antes de la elección de mayo que preferiría volver a evitar. Por el contrario, está muy a gusto con toda la parafernalia del cargo.


