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Debate presidencial: los errores que deberían evitar los candidatos de cara al balotaje, según la mirada de los expertos

La última gran exposición pública de los candidatos será una oportunidad para Sergio Massa y Patricia Bullrich, que aspiran con meterse en una segunda vuelta electoral

Un paso en falso, en un escenario de paridad y a dos semanas para las elecciones, puede resultar fatal para los sueños presidenciales de Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullirch. El próximo debate, que se realizará mañana en la Universidad de Buenos Aires, será la última oportunidad de los candidatos para explicar sus propuestas y, por qué no, para dejar expuestos a sus rivales. Pero los expertos en debates consultados por Infobae advirtieron que estos eventos suelen beneficiar a los más conservadores: los debates son más redituables para los que cometen menos errores.

“Gana el que no se equivoca”, sintetizó Shila Vilker. La analista política explicó que, después del show, lo que queda en la cabeza de la gente son tres o cuatro momentos “meme” que pueden convertirse tanto en una carga como un envión para los candidatos. Así aparecen, tras el último debate, las alusiones a Córdoba de Juan Schiaretti, el “gatito mimoso” de Myriam Bregman y los errores de Bullrich cuando le tocó hablar sobre economía. “Hasta el día de hoy la gente se acuerda de la frase ‘¿en qué te han convertido Daniel’”, recordó Vilker sobre la acusación de Mauricio Macri a Daniel Scioli en el debate de 2015.

Primero en las encuestas, Milei se expondrá en el debate del domingo ante un ambiente que podría resultar más hostil que el anterior. A diferencia del primer round, cuando se habló de economía -el espacio donde más cómodo se siente- esta vez el líder de los libertarios tendrá que afrontar otros temas. Habrá un bloque para hablar de Seguridad, otro para Trabajo y Producción, y también se tocará el tema de Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente. Todo un desafío para Milei, ya que su agenda discursiva no suele estar atada a estos temas.

“Ninguno forma parte del eje de su discurso. Puede hablar de Seguridad, pero tangencialmente. El domingo tendrá que dar detalles de muchas propuestas que suele formular a nivel general”, advirtió el consultor político Federico González. La clave para el candidato de La Libertad Avanza será transmitir aplomo en sus propuestas sin perder su esencia, pero sin perder sus estribos. “Tiene que sacar la motosierra, pero usarla con cautela. Una cosa es ser intenso y otra cosa es ser ofensivo. Una cosa es un loco lindo y otra cosa es ser un loco a secas”, agregó.

La analista Vilker anticipó que Milei apostará, como ya lo hizo durante el primer debate, a la moderación. “Conductas moderadas, pero con declaraciones incendiarias”, resumió. Como cuando dijo el domingo pasado que no fueron 30.000 los desaparecidos en la última dictadura militar. La directora de la consultora Trespuntozero consideró que sería un error volver a mostrarse “en ebullición” ya que es el candidato que más miedo despierta entre el electorado en las encuestas. “Es un perfil volcánico pero sin ebullición, porque cuando escupe lava alguna gente se asusta”, advirtió.

Las palabras más usadas durante el primer debate en Santiago del EsteroLas palabras más usadas durante el primer debate en Santiago del Estero

Los consultores coinciden en que la agenda temática esta vez es más compatible con las propuestas que expresa Massa. “Los temas le quedan mucho mejor, porque Massa tiene un discurso peronistas, pero también desarrollista que está muy vinculado al trabajo y a la producción. Por otro lado, la inseguridad fue su caballito de batalla en campañas anteriores, cuando instaló las cámaras de seguridad en Tigre”, dijo el director de González y Asociados.

El candidato presidencial de Unión por la Patria tendrá este domingo una oportunidad para sumar los votos que le aseguren un lugar en una eventual segunda vuelta. ¿Qué errores no debería cometer? “Aunque en el debate en Santiago del Estero estuvo muy bien, Massa siempre tiene la tentación de pasarse de canchero, de hacer una de más. No tiene que salirse de su eje, que es proponer y distanciarse cuando pueda de este gobierno”, agregó el consultor.

Tras un primer debate con escasos cruces, el evento de mañana podría estar recargado ya que para varios candidatos será la última oportunidad de mostrarse ante millones de votantes, un escenario que podría poner bajo la mira de los ataques verbales a Milei y a Massa. “A Massa le van a pegar mucho más en este debate, pero sería un error engancharse en algunas discusiones. Tiene que mantener esa dinámica propositiva y poner en valor algunos logros de su gestión”, dijo Vilker.

La última oportunidad

El debate presidencial puede ser la última chance que le permita a Bullrich meterse en la segunda vuelta. La agenda temática también la favorece. Se hablará de Seguridad, el eje de su discurso. Su última experiencia como ministra en el gobierno de Macri seguramente será uno de los temas más discutidos del evento, que motivará cruces con otros candidatos. “Sí, Seguridad es su tema, pero Bullrich tiene que cuidarse porque le puede pasar con Trabajo y Producción lo que ya le pasó con Economía”, advirtió González. “Básicamente, no tiene que meter la pata”, agregó.

El escándalo de corrupción que involucra a Martín Insaurralde y los indicadores económicos negativos de inflación y pobreza le abren la puerta a Bullrich para cargar contra Massa. “Tiene una gran oportunidad. Sería un error repetir la estrategia del último debate. Necesita tomar más riesgos, dejar esa postura coacheada con frases hechas y mostrar su picardía política”, afirmó Vilker.

Bregman y Schiaretti, los dos candidatos que menos tienen para perder, también podrían tener un rol importante en el próximo debate. “Bregman es muy importante porque tiene un catalizador del show”, dijo González al recordar que fue la más audaz cuando el primer debate atravesaba los momentos más monótonos. Mirando hacia la repercusión del evento en las urnas, Vilker recordó que tanto Bregman como Schiaretti serán importantes, además, porque comparten una parte del electorado con el oficialismo. Es decir, en un escenario de extrema paridad un mínimo crecimiento de cualquiera de estos candidatos podría bajar al ministro de un eventual balotaje.