Juntos por el Cambio sigue envuelto en su crisis interna: qué hay detrás de las tensiones por posibles nuevas alianzas

La incorporación o no del peronismo “antigrieta” y del referente liberal José Luis Espert a la coalición opositora agitan al límite la pelea entre Rodríguez Larreta y Bullrich. Pichetto, al borde de un impactante acuerdo. Qué líder radical rechazó ser candidato a vice

Juntos por el Cambio ya quedó impregnado por un rancio aroma a ruptura por más que no llegue a concretarse. Las diferencias en cualquier coalición política no son malas sino, por el contrario, saludables para mejorar y crecer, pero siempre que el debate sea honesto, profundo y con las cartas sobre la mesa. Eso no es lo que está pasando en la principal fuerza opositora. No hay reglas de juego, e incluso algunas que hay, no se cumplen. La discusión se da ante los medios y no cara a cara. Todo es materia de intrigas y retroalimenta un circuito autodestructivo que termina con lo que marcan las encuestas, una baja de la marca JxC ante un electorado que espera mucho más de la oposición y que, con toda razón, puede preguntarse: si ahora son así, ¿qué puede pasar cuando vuelvan al poder?

Los mismos recursos con los cuales Juntos por el Cambio quiere zafar de la amenaza Milei en las urnas (es decir, los esfuerzos por mostrarse como una fuerza seria y confiable ante la imprevisibilidad del líder libertario) son los que terminan desvirtuados en los hechos. Es un escenario de pesadilla que ni siquiera puede disfrutar a fondo el Frente de Todos, encaminado a una derrota electoral histórica. Las elecciones son las más inciertas de la última década: hasta hoy, nadie le saca clara ventaja a ninguno. Los tres tercios que vaticinan las encuestas moldean una situación políticamente explosiva para el ballotage. ¿Qué elegirá la gente si la casta dice que no quiere serlo pero se comporta como tal?

“Si Juntos por el Cambio se convierte en la interna del PRO, podemos salir terceros”, advirtió Facundo Manes. Es lo que está sucediendo: la dinámica y hasta la propia supervivencia de la coalición opositora está atrapada en la pelea a todo o nada entre Larreta y Bullrich. Ya no alcanzan las fotos de unidad para la tribuna ni los mensajes pacificadores de algunos dirigentes que se autodestruyen a los cinco segundos, como en la serie “Misión imposible”. Nada podrá resolverse hasta las PASO del 13 de agosto. Y después tampoco: ¿o alguien imagina a los “halcones” que siguen a Bullrich domesticarse para estar alineados detrás de Larreta? ¿O a los dialoguistas que rodean al jefe de Gobierno cruzar la ancha avenida del medio para pintarse la cara en una guerra implacable contra todos?

Federico Angelini, Gerardo Morales, Maximiliano Ferraro y Miguel Angel Pichetto, los jefes de los partidos de Juntos por el CambioFederico Angelini, Gerardo Morales, Maximiliano Ferraro y Miguel Angel Pichetto, los jefes de los partidos de Juntos por el Cambio

“Estamos a merced del PRO”, confesó, apesadumbrado, un referente de primera línea de JxC. Un pensamiento en sintonía con el de Manes que se repite a pocas horas de que Juntos por el Cambio confirme ese laberinto sin salida en el que se encuentra: este lunes, a las 15, los jefes de los cuatro partidos de Juntos por el Cambio debatirán si se ampliarán o no con la incorporación del liberal José Luis Espert y del peronista Juan Schiaretti. Si antes no se produce un cambio milagroso, ambos ingresos están más cerca de no producirse. Parece obvio: la interna del PRO lo impedirá.

En realidad, el acceso de Espert estaba trabado por la sospecha de Bullrich de que su integración era una maniobra de Larreta para sacarle votos, pero parecía haber mejor predisposición a escucharlo para encontrar una solución a la encerrona. Hoy, los “halcones” del PRO se juramentaron en una postura: se rechazará si quiere sumarse como candidato presidencial, pero no si acepta postularse en algún cargo en la provincia de Buenos Aires, como la gobernación o una banca de senador nacional.

Es lo que le plantearán Angelini y el macrista Fernando de Andreis a Espert, en nombre de todo el PRO, en una reunión que se hará a las 13, dos horas antes de la que tendrán las autoridades de JxC para decidir qué harán con la incorporación del referente liberal. Si el diputado de Avanza Libertad no acepta bajar su postulación presidencial, será imposible su ingreso a JxC. Por más que la jugada sea avalada por la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Republicano Federal, basta con la opinión negativa de un integrante de la coalición, como el PRO en este caso, para que se frustre. Lo contempla el “Acuerdo de Buenas Prácticas” que planteó Juntos por el Cambio en abril de 2022: “La inclusión de nuevos partidos como miembros de JxC debe ser aprobada por la unanimidad de los partidos que conforman la Mesa Nacional”, establece en su punto 6, “Ampliación de JxC”.

Tras reunirse con Daniel Funes de Rioja, de la UIA, Juan Schiaretti blanqueó su propuesta de armar un "frente de frentes" opositorTras reunirse con Daniel Funes de Rioja, de la UIA, Juan Schiaretti blanqueó su propuesta de armar un «frente de frentes» opositor

La frustrada llegada de Espert bordeará el papelón luego de que el referente liberal propuso un megafrente opositor contra el kirchnerismo y logró el consenso de un amplio espectro de dirigentes con los que se reunió durante meses: desde radicales como Gerardo Morales, Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Maximiliano Abad y Ernesto Sanz hasta miembros del PRO como Larreta, Bullrich, Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Diego Santilli, pasando por Elisa Carrió y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica), Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal) y Margarita Stolbizer (GEN).

Los problemas para el desembarco de Espert comenzaron cuando trascendió que, además de su iniciativa, contaba con un aval específico de Rodríguez Larreta para competir para la Presidencia, como una forma de captar el electorado liberal y evitar la fuga de apoyos hacia Milei. Eso fue leído por Bullrich de otra forma: como un ardid larretista para quitarle votos duros en su carrera hacia la Casa Rosada. La otra traba para sumar al diputado liberal fue su “error no forzado”: haber publicado un polémico tuit en el que compartió una nota sobre un informe de los dirigentes políticos más denunciados en el fuero penal. El ranking, que está basado en datos oficiales, es encabezado por Julio de Vido (57 causas), seguido por Cristina Kirchner (50) y Mauricio Macri, con 39 denuncias. “El podio: oro para De Vido, plata para la Cristi y bronce para Macri”, escribió Espert en Twitter y desató una tormenta en el PRO, por más que haya borrado la publicación cuando empezaron las críticas.

Sin embargo, la causa más profunda de división en JxC en estas horas es el debate (o el no debate) sobre la incorporación de Juan Schiaretti y su peronismo “antigrieta” que integran Juan Manuel Urtubey y Florencio Randazzo, entre otros. Era un secreto a voces que contaba con el impulso de Rodríguez Larreta, como parte de su idea de apuntar al “consenso político del 70%” para hacer las reformas necesarias y garantizar la gobernabilidad en caso de que se convierta en presidente de la Nación. Pero en avanzar en ese armado con el peronismo no kirchnerista también coincide Morales, el titular de la UCR, quien participó hace un año de un asado en la casa de Urtubey con dirigentes como Schiaretti, Randazzo, Emilio Monzó, Graciela Camaño, Rogelio Frigerio, Angel Rozas y Pablo Javkin.

José Luis Espert y Elisa Carrió, en su reunión del 24 de mayo: ¿el diputado liberal se quedará afuera de JxC?José Luis Espert y Elisa Carrió, en su reunión del 24 de mayo: ¿el diputado liberal se quedará afuera de JxC?

La continuidad de este “grupo antigrieta” se quedó en promesas, pero detrás de ese germen para formar un espacio opositor más amplio también está Larreta, quien no se mostró ni habló del tema para evitar peleas con los “halcones” de su partido. Pero mantiene un diálogo intenso con Schiaretti (el mismo que tuvo Macri hasta no hace mucho) y su hermano Augusto Rodríguez Larreta, un movedizo operador del jefe de Gobierno, estableció un canal de contacto permanente con dirigentes de ese sector disidente del PJ como Urtubey, Randazzo, Diego Bossio y Carlos Gutiérrez.

Todas las charlas transcurrían por debajo del radar hasta que Schiaretti afirmó hace quince días que “hay que hacer un frente de frentes para ir a las elecciones y luego un gobierno de coalición”. Esta vez, Larreta apoyó rápidamente la propuesta del gobernador de Córdoba: “Creo en la ampliación (de JxC) en la medida en que haya una serie de valores que compartamos”, dijo, aunque aclaró que la eventual decisión debía debatirse en Mesa Nacional de la coalición opositora.

Este viernes, tres de los miembros de la Mesa Nacional de JxC (Morales, Ferraro y Pichetto) convocaron a una reunión casi de urgencia (con apenas 6 horas de antelación) y el que se enteró a destiempo y terminó participando desde Santa Fe por Zoom fue Federico Angelini, el presidente del PRO y uno de los principales armadores bullrichistas. Morales lo había esperado para plantear el tema tan polémico sobre el cual ya había una opinión favorable del resto: la incorporación de Schiaretti a JxC.

Horacio Rodríguez Larreta, en Córdoba con Luis Juez y Rodrigo de LoredoHoracio Rodríguez Larreta, en Córdoba con Luis Juez y Rodrigo de Loredo

¿Por qué al apuro? El 14 de junio cierra la presentación de las alianzas electorales y sólo si se aprueba el ingreso del mandatario cordobés podrá hacerse ese “frente de frentes” que propuso. “En el PRO no estamos de acuerdo”, anticipó Angelini. Aun así, como se trataba de una conversación informal, se acordó esperar hasta este lunes para profundizar la discusión sobre Schiaretti entre los miembros de la Mesa Nacional. Ese mismo viernes, antes del encuentro de los cuatro jefes partidarios, la plana mayor del bullrichismo se había enterado de la jugada por una infidencia y deliberaron de apuro por Zoom, indignados por una maniobra en ciernes dirigida a “cambiarle el sentido a JxC”.

Los que estuvieron conectados fueron, entre otros, Bullrich, Angelini, Juan Pablo Arenaza, Hernán Lombardi, Federico Pinedo, Sebastián García de Luca y Damián Arabia, entre otros. Hubo críticas muy duras contra los promotores del ingreso de Schiaretti a la coalición: “Es el eje de la avenida del medio que comparten Sergio Massa, Larreta, Morales y Guillermo Seita, pero Larreta no da la cara para hacerse cargo”, dijo un dirigente enfurecido. Otro alertó sobre un peligro: que el votante duro de JxC, que rechaza un acuerdo con peronistas como Schiaretti, Urtubey o Randazzo, ya no piense en votar a Bullrich sino directamente a Milei para impedir que haya “más casta” en la coalición.

El verdadero dilema que introduce el factor Schiaretti en Juntos por el Cambio se centra en las elecciones de Córdoba, donde el gobernador apadrina a Martín Llaryora como su sucesor, mientras que la oposición se unificó detrás de la candidatura de Luis Juez, del Frente Cívico, luego de un trabajoso acuerdo con el radical Rodrigo de Loredo, que competirá por la intendencia de la capital.

El beso de Horacio Rodríguez Larreta a Patricia Bullrich simboliza la paz que no duró en el PROEl beso de Horacio Rodríguez Larreta a Patricia Bullrich simboliza la paz que no duró en el PRO

Introducir ahora la idea de acordar con Schiaretti equivale a dinamitar las chances de Juez, sobre todo porque faltan 21 días para las elecciones en Córdoba en donde se elegirán gobernador, vicegobernador y autoridades municipales. Por eso el postulante de JxC advirtió que la propuesta de sumar al peronismo “antigrieta” es “una picardía para hacer ruido”. Su compañero de fórmula, el radical Marcos Carasso, sostuvo que “ampliar no es amontonar: la sociedad le pide a Juntos por el Cambio preservar la unidad y la identidad de la coalición. Schiaretti fue y es más funcional al kirchnerismo de lo que se dice y escribe. Basta sólo con ver las alianzas de su candidato en Córdoba”. Más significativo fue el rechazo institucional de la UCR cordobesa: ratificó su posición “mantenida desde hace 23 años de opositora al modelo de gobierno del peronismo cordobés y lo que representa para la sociedad provincial”. Una señal de advertencia para Morales, quien insistió: “Tenemos que incorporar otros sectores que le den más musculatura a Juntos por el Cambio”.

El bullrichismo sospecha que, como en el caso de Espert, detrás del “operativo Schiaretti” se oculta la intención de Larreta de sacarle votos en una provincia clave, donde, según aseguran, la candidata presidencial se mantiene al frente en las encuestas locales. El gobernador cordobés se tomó su tiempo en hablar discretamente con Carrió, Ferraro y Pichetto para tratar de convencerlos de apoyar su idea de un “frente de frentes” opositor. En este tema también será determinante la firme oposición del PRO, a cargo de un hombre de Bullrich, sobre la apertura o no al peronismo “antigrieta” en JxC.

Quizá Bullrich tenga más motivos para desconfiar de Rodríguez Larreta: se considera inminente el pase a las filas del jefe de Gobierno de Encuentro Republicano Federal. Están muy avanzadas las negociaciones entre Larreta y Pichetto para que exponentes del Peronismo Republicano (como Juan Carlos Romero y Cora Reutemann, por ejemplo) ocupen lugares de privilegio en las listas de todo el país. Los pichettistas se quejan en privado de “la soberbia” de Bullrich en las tratativas: “Patricia nos da la espalda porque no entiende al peronismo. Se quedó en la mirada que tenía en los años 70″.

Miguel Angel Pichetto, ¿cerca de anunciar su apoyo a Larreta Presidente? Ya respaldó a Diego Santilli como gobernadorMiguel Angel Pichetto, ¿cerca de anunciar su apoyo a Larreta Presidente? Ya respaldó a Diego Santilli como gobernador

Desde el bullrichismo contraatacan: aseguran que Pichetto le pidió a Bullrich ser su compañero de fórmula y que ante una respuesta negativa comenzó a negociar espacios con Rodríguez Larreta. Sea como fuere, en las filas del alcalde porteño festejan por anticipado: consideran que en breve habrá un anuncio de Pichetto en apoyo del proyecto “Horacio Presidente”. No se descarta que el líder del Encuentro Republicano Federal sea el primer candidato a senador nacional por el distrito bonaerense, aunque en su partido se resisten: lo necesitan para apuntalar a sus candidatos en las provincias.

En medio de esta etapa de pases y realineamientos, Bullrich sumó un traspié: el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, de la UCR, ya le anticipó que no será su compañero de fórmula. Le dijo que prefería quedarse a trabajar en su provincia, donde espera que lo suceda Alfredo Cornejo. Ahora, a la candidata presidencial le queda otro referente del Grupo Malbec como el senador nacional del radicalismo Luis Naidenoff o el titular de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, que es fogoneado por Sanz y que este sábado consiguió ser facultado por la Convención Provincial del partido como articulador de las negociaciones para las alianzas y cierre de listas. Abad comenzará este lunes una ronda de charlas con correligionarios locales, legisladores, intendentes y concejales para definir si se une al ala moderada que representan Morales, Martín Lousteau y Rodríguez Larreta o al sector duro que encabeza Bullrich, respaldada por el Grupo Malbec.

La UCR, por lo visto, también se divide al calor de la interna del PRO. Algo que confirma lo que está escrito al comienzo de esta nota: Juntos por el Cambio ya quedó impregnado por un rancio olor a ruptura por más que no llegue a concretarse. Unos pugnan por ampliarse hacia liberales y peronistas no kirchneristas. Otros, lo rechazan y apuntan a negociar con Milei tras la votación para estructurar un fuerte bloque legislativo que sea capaz de avanzar en las reformas que se requieren. Este lunes se escenificará una discusión en la Mesa Nacional de JxC que casi tiene un final anunciado. La gente común, mientras, condena el eterno loop de la pelea: ¿su voto también tendrá un final anunciado?