El régimen chino volvió a imponer nuevos confinamientos ante el aumento de casos de COVID-19

El país insiste con su política de medidas restrictivas aún cuando los expertos advierten que no son eficaces. Este sábado se registró el mayor número de contagios desde mayo: 450, la mayoría asintomáticos

China registró este sábado el mayor número de casos de coronavirus desde mayo e impuso el confinamiento para millones de personas de todo el país este fin de semana, bajo la estricta política de “cero COVID”.

Un total de 450 casos de COVID-19, la mayoría asintomáticos, fueron reportados este sábado en todo el país, frente a 432 el viernes, según las autoridades.

El aumento de casos llevó esta semana a la adopción de nuevas restricciones en varias regiones del país.

Lanzhou, capital de la provincia de Gansu (noroeste), ordenó el miércoles a sus 4,4 millones de habitantes permanecer en sus casas. Una de las localidades de la provincia de Anhui (este) está confinada desde el viernes.

A principios de la semana, las autoridades impusieron un confinamiento general en Wugang, gran centro siderúrgico de la provincia de Henan (centro), tras el descubrimiento de un solo caso de COVID-19.

En Beihai, en la provincia de Guangxi (sur), las autoridades anunciaron este sábado confinamientos parciales en dos localidades con más de 800.000 habitantes.

“Actualmente, la situación materia de prevención y control epidémico en la ciudad de Beihai es grave y complicada y el riesgo de contagio en la comunidad es relativamente alto”, subrayó una nota del gobierno que anunciada las restricciones.

China es el último gran país del mundo que persigue el objetivo de eliminar la epidemia mediante los confinamientos, largas cuarentenas y pruebas masivas, a pesar de que la estrategia “cero COVID” tiene un fuerte impacto en la economía.

El crecimiento económico del país tuvo en el segundo trimestre su peor desempeño desde 2020, debido principalmente a las restricciones sanitarias.

La segunda economía más grande del mundo tuvo un crecimiento interanual de 0,4% entre abril y junio, tras haber registrado 4,8% en el primer trimestre, según cifras oficiales.

De hecho, la reticencia de China a ceder en su estricta política de cero Covid está acelerando la salida de los extranjeros de la segunda economía del mundo, y los grupos empresariales advierten que las imprevisibles normativas están ahuyentando a los expatriados.

Más del 80 por ciento de las empresas encuestadas por la Cámara de Comercio estadounidense el mes pasado dijeron que las políticas antivirus de China habían afectado a su capacidad para atraer o retener al personal extranjero. Y la Cámara Británica dijo que el riesgo empresarial estaba “en el nivel más alto visto desde 2020″, cuando el virus se estaba extendiendo rápidamente en China durante la fase inicial de la pandemia.

La estrategia china de cierres repentinos, estrictas restricciones a los viajes y largas cuarentenas mantuvo en gran medida el virus a raya durante los dos primeros años de la crisis de Covid, y permitió a la gente mantener una apariencia de vida normal. Pero la variante Ómicron, de rápida propagación, hizo tambalearse este enfoque, ya que las autoridades se apresuraron a contener los brotes con un mosaico de restricciones que cambiaba rápidamente y ponía a prueba incluso la determinación de los expatriados más experimentados.